Tarjeta pop-up de cumpleaños con niña dando de comer a palomas

Las tarjetas antiguas de pop-up permitían felicitar cumpleaños y santos de una forma muy original. Estaban especialmente fabricadas directamente para animar a la interacción del lector y aumentar el factor sorpresa. Las piezas articuladas se encapsulaban entre dos láminas de cartón, dejando a la vista el tirador para accionar la tarjeta desplegable.

En cambio, este mecanismo hacía que la repetida manipulación acabara en un deterioro progresivo de la propia tarjeta. Esto provocaba que las piezas articuladas se debilitaran y se acabaran desprendiendo. Así sucede, por ejemplo en la tarjeta postal pop-up con friso de flores gofradas de esta colección.

A diferencia de las postales comunes, esta tarjeta en concreto no tiene las características zonas de escritura por el anverso. Deja el espacio totalmente en blanco para que se pueda escribir cualquier tipo de mensaje en ella. Desconocemos en qué forma se compró (empaquetado, en sobre…), cómo se pudo enviar o entregar a la destinataria.